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En Penumbras... de Magda Robles

En penumbras es donde los sueños cobran vida, junto al crepitar del fuego y el danzar de las llamas...
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Untitled

Sin luces ni fuego, en silencio, la ciudad calla”

José García Perez

Se va el instante

y una vez más

escapa la palabra silenciosa.

 

Las manos,

estas manos mías,

siguen aferrando humo.

 

La realidad es un espejo plagado de esquinas.

 

Dibujo infinitos que a nadie importan.

Hay noche fuera,

también hay noche en mí.

 

A lo lejos, las ventanas,

pequeñas mariposas encendidas,

dan paso a otros mortales.

 

¿Pero acaso la claridad no asusta?

 

He abierto mis cristales, una vez más,

solo para comprobar 

que volvió el invierno.

 

Las rosas aún siguen muriendo de frío.


   
                                                     

Sin nombre...


Vuelvo a tí, herida abierta. 


Guardo silencios

mordidos 

en la tíbia oscuridad

que ofrece 

un libro abierto.


Tierra de nadie.

Ensoñación y huída.






Sin nombre...

     “En esa voz
viviría para siempre”
 
Brenda López Soler

 

Estás.
Ahora.
Aquí.

 

Has llegado de ninguna parte.
Y de repente un cielo abril
se desmorona.
Mientras,
tu voz me abrasa.
Como un arrullo.
 

Los árboles aún te buscan.
La vida queda, a veces,
detenida entre sus ramas.
Como quedaste tú.
Herida palpitante.
Sin tiempo ni memoria.
 

Vive tu voz
en los pétalos salvajes
de mis manos entreabiertas.
Susurran las glicinias.
Despeinadas.
Y te descubro al fin
escondida entre los labios de agua
de la ciudad sin nombre.

La eterna lujuria del silencio aún te grita.
Mujer azul.
Mujer errante.
Siempre-viva en el poema.




I. M.

A Fermín, que permanece, a pesar de haber partido.


“Pero yo seguiré aquí,
encendiendo lámparas
en la imaginación de los delfines.”

Fermín López Costero


La luz de la vela ya no alumbra al fondo de la estancia.
Ya no guía al desahuciado,  ni es el grito
del niño que juega con su infancia rota.
Los cristales se han cubierto de polvo y desamparo,
y son cárcel de unos versos que aletean meditabundos.
La llama ha detenido su danza, y el silencio
queda amortiguado en el crujir de las paredes.

Marchó su voz.
Voló en el funesto alaje de un ave codiciosa.
Y sin embargo, aún viaja aquí conmigo.
Habita esta memoria compartida de sueños
y abandono.

Su voz,
como un llanto quebrado
que se aleja    
y  que retorna
cuando muerde el desconsuelo.

En su voz, la que es ahora, las palabras
son pequeños cadáveres angustiados 
que retozan en torno a un joven taumaturgo
que legó su sombra a los días venideros.

Hambrientas de la magia y de la alquimia.
Infames carcasas consumidas
compitiendo en esplendor con el baile
decadente de unas hadas enfermizas.

Pero esas son otras palabras.

Pues tus palabras verdaderas tintinean
en el cántico sagrado de las piedras,
en el cisne que surgió de la ceniza
y el terciopelo alambicado del musgo
silencioso que brota en esta lluvia
que te nombra, y que no cesa.




"Thomas Chatterton in His Garret", by John Joseph Barker

Sin nombre


Desposeerte.
Con las manos rotas de impaciencia,
mientras se oculta lenta la tarde.

Recorrer la senda con los ojos
llenos de horizonte.
Salir ilesos
de este mundo
y esta noche.

Verter letras que abran surcos.

Porque la sed no sabe de ceniza.
Porque la chispa ha devenido en llama.



Sin nombre


Si me vieras
cómo hundo las manos en tu tierra.
Y le hablo mientras esparzo
la semilla, para que no muera,  
para que no extrañe tu canto en su agonía.
La tierra sabe que estos pasos
temblorosos que la buscan no son los tuyos,
y aún así me acoge hambrienta
y entregada.

Si me vieras
cómo escarbo en la niñez truncada
y sus rastrojos, para que surjan brotes nuevos,
para que malas hierbas no sofoquen
la vid antigua que todavía duerme.
La tierra sabe que estos ojos
malheridos que la caminan no son los tuyos,
y sin embargo me refugia atenta
y silenciosa.

Si me vieras cómo trazo líneas
indefensas por esta piel de antaño
que enmudeció con tu abandono.
Y cómo riego cada día estos surcos
de tierra que ayer eran de carne, y les pido
que me ofrezcan una nueva primavera.
La tierra sabe que esta voz
enmudecida que la llama tampoco es tuya,
y a pesar de todo me responde fértil
e incendiada.

Y le cuento
que estas manos que la hurgan son el  fruto
de otras manos que fueron tuyas
y se quedaron..
Para aferrarse a las raíces de su árbol.

Y arrancar luz
    de la noche
        y el olvido.




Unnamed

La vida mata, lenta
e inexorablemente.

Sollozan pájaros fríos
en la noche silenciosa.

Crece cada día
esta extrañeza de vivir.



"Descent of Man" by Rebecda Yanovskaya


Sin nombre...


Allá en la tarde,
donde los pájaros buscan consuelo,
hundir las manos,

y sumergirse
en la muerte y en la vida,
aferrando cada instante

Cual vestigios
de un ángel
roto

en su extrañeza al no entender
la fuerza desmedida
de sus ansias de volar.



Tethered - Pat Erickson

Despedida


Bésame antes de marchar

como sólo tú puedes hacerlo.
Con esa fragilidad de pájaros
cuando encuentran anido en el pecho.

Deja un beso abandonado
que abarque todas las horas.
No roces apenas los labios.
No inquietes el silencio.

Haz que el alma aguarde
como hoja estremecida
a merced de la tormenta.
Rompe la calma.

Derrota esta caricia
que rechaza amanecer.

Porque hoy solo me basta un nombre.
(Tu nombre)

Una vida.
(Tu vida)

Y mil poemas por arder.



Gene Tierney & Rex Harrison in The Ghost and Mrs Muir

Sin nombre

He roto mil lunas en tu nombre.

Y sin embargo
a veces vuelve tu recuerdo,
inasible,
como el reflejo del sol
en la superficie de un estanque.

Y vuelves a morir,
esta vez
en la impaciencia de mis manos.




by Настя Калеткина

Sin nombre


Pájaros blancos
incendian en su huída
esta ceguera apresurada
de los ojos que no saben,
que no buscan, y naufragan

en el hueco vacío
de unas páginas fingidas
que son jaulas entreabiertas
dentro de otra jaula inmensa
que no alcanza final.



"On silent wings", by Pat Erickson

Unvoiced


Y por qué sombra. Y por qué herida.
Y por qué savia seca en rabia demudada.
Y por qué ronda de noche sin espejos ni mirada.
Y por qué mordisco en el poema.
Y por qué lumbre de invierno, e infierno malva.
Y por qué sal y azufre y llanto.

Y por qué pérdida y no cobijo.
Y por qué no alfombra y agua mansa, y si torrente.
Y por qué no pazo y brisa y primavera, y si tormenta.
Y por qué no gozo y dicha y vida, y si desierto.
Y por qué no luz. Y por qué no cura, y si abandono.
Y por qué silencio. Y por qué no grito.

Y por qué no calma.



Untitled

¿Cómo osas profanar palabras?

Usurpador del silencio
y su sagrada forma.
Acólito del ruido
y su carcasa vana.



Libre albedrío


¿Y si somos tan solo  el sueño
de un dios menor en su desgana?

Malditas sean
las estrellas negras de Carcosa
que un hombre impío ha iluminado.

Y maldito el nombre del dios ausente,
que aburrido de este juego
nos ha olvidado,

peones rotos y confundidos,
sobre un  tablero desmantelado.




Sin nombre...

Recogen manos de sal
esta tristeza azul
sembrada
a los lados del camino.

Y sé que nada importa
ahora, una vez más
ante esta silla vacía
que muestra que la ausencia
no es más que un espejismo.

Somos nuevamente dos
extraños en este paraíso
que se va resquebrajando
de la piel a los cimientos.

La tarde es fría, la noche 
calla. Y es, en la esquiva 
huída, que pájaros buscan 
otros labios nuevos
en que posar sus alas.


"White lie", by Len-yan

Sin nombre


Y cómo habitar
una casa
que quiere seguir
 estando muerta.
Aferrada a sus fantasmas,
a sus inviernos
de antaño y frío.
A las noches de borrasca
 y de silencio
a la lumbre de la vela.

Y como domar
el jardín inhóspito
vertido en selva
tras su lánguida agonía.
 A la rosa huérfana e insomne
emancipada en su desvelo.
Al quejido mudo de las aves
y las fieras mansas
en su abandono.

Y cómo hilar la burla
de tus manos en su frágil
apariencia de estar vivas
aunque sea
en mi memoria..



Spectral House, by Santiago Caruso

La Novia

“Que yo no tengo la culpa,
que la culpa es de la tierra”
.
I

De blanco,
- rota-
y radiante
va la novia.

Acequia mansa.

Dulce es la conjura que amenaza
descubrirla
entre sus fauces.

Y quizá un instante basta
para trazar la senda
que la  guía hasta otros ojos
enclavados
como un ciervo malherido
que no encuentra
refugio
en la foresta.



 II
porque me arrastras y voy,
y me dices que me vuelva
y te sigo por el aire
como una brizna de hierba.”


                         Una luna sin jinete cabalga rauda por el silencio.

 
El fuego es un relámpago
que cruza la noche insomne
y tú..

Mi cuerpo y tú.
Páramo sediento,
agua frágil y anhelada
que palpita entre las manos
y el resquicio de esta boca
 que se niega a pronunciarte.

Tu cuerpo y yo,
espuma y canto.
Rugir de la montaña en la tormenta,
ocaso desvelado  enardecido,
caudal 
        ennegrecido
                de agua seca.

Sepulcro y llanto.




Alicia encadenada


El reloj inicia la llamada.

En el espejo surge
el animal inquieto
agazapado
en sus ojos
           que son tus ojos 
                        que son los ojos del abismo

de la sombra con que miras
cada día que amanece
a tu reflejo resignado
al destierro
            a este otro lado
                                 un día más. 




Sin nombre..


Puedes morder mi nombre y no llamarme.
Yo guardaré tu espina azul entre los dientes.


El silencio
            de los dioses
                         naufragados

es horizonte
            que se aleja
                         y se transforma

en el destierro
            de unas manos
                         de estas manos

que han nacido
            sin memoria.




Image by Pat Erickson

Sin nombre...

Porque hubo un mar que conocí de invierno…


me voy con ella,
me voy con él.

A dormir 
en el silencio
    sobre el limo

          (eternamente)
de esta noche 
     sin memoria


"Dimm Lönd" by Nona Limmen photography


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