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En Penumbras... de Magda Robles

En penumbras es donde los sueños cobran vida, junto al crepitar del fuego y el danzar de las llamas...

Sin nombre...

Y si un día amanece
y queda tan solo la escarcha
en el lugar que hoy guarda mi noche.
Si me torno silencio sin voz
ni nombre, que vaga errabundo
y vuelve a morir en otra senda.
Y si un día el espejo rechaza
el reflejo que antes era mi rostro,
y son tus horas manantial seco,
puñado de lágrimas caducas
vertidas en días sin memoria.

Quizá ese día entienda
que estas letras que me sangran
estaban hechas de humo..



Reseña de "En piel del ángel caído", por Loida Ruiz Rodríguez

Tener amigos que conspiran "contra" ti es así de maravilloso.... Me guardo aquí este regalo, que tiene su refugio en el blog Frente al silencio, para no perderlo. Gracias...


Loida Ruiz Rodríguez. Reseña de: "En piel del ángel caído" de Magda Robles León. El Torno Gráfico Ediciones, Granada 2016.





 ¿Cómo no estremecerse ante cualquiera de los poemas de Magda Robles?

      Descubrí la obra de esta autora gracias a las redes sociales y blogs donde, generosamente, vierte su poesía. Más tarde me llegó en papel. Todo un placer leerla en este formato... Quienes conocemos algo de su obra sabemos de la facilidad con la que sus versos logran conmover, en el sentido más horaciano de la palabra.

      Con su último libro, En piel del ángel caído, la granadina continúa con una poesía evocadora, íntima y profundamente comunicativa. Una evolución sobre el camino iniciado en su primer poemario, En penumbras se hizo verbo, XVII Premio Nacional de Poesía "Miguel de Cervantes" de la ciudad de Armilla. Una confirmación ampliada y evolutiva a la voz propia de una poeta que, pese a su juventud, imprime en su obra una solidez y hondura emocional propias de una poesía con un amplio bagaje.

      Con el título se nos sitúa ante el mito del ángel caído: Lucifer. Ángel, de luz y de tinieblas, inspiración para poetas. El mito del ángel caído cobra importancia desde la Literatura romántica (de gran importancia para entender el quehacer lírico de la autora) ya que en él se identifica al poeta como tal, esto es, un ser que pese a estar marginado por una sociedad materialista y poco espiritual se muestra como el más capacitado para enfrentarse y dar salida y explicación a través de la palabra, el verbo, a los sentimientos más humanos pero menos racionales. Se pone así, la autora, en piel del ángel caído para hurgar en lo más profundo de su alma y en los recovecos más oscuros de la condición humana: “Me conjuras./ Y soy Sherezade/ hilvanando roces y letras/ en mil noches sin retorno” (SHEREZADE); “Ser caído y ser ángel/ en esta fugacidad de pieles/ y la eternidad de un instante/ en que desaparece el mundo” (ANGELS WITH DIRTY FACES).

      No parte en este último libro de la dicotomía Vida y Muerte, pero consigue llegar a estas y otras cuestiones a través del Amor. Porque EPAC presenta una poesía de fuerte carácter reflexivo y, pese a que se centra en el más intenso de los sentimientos humanos, el primigenio, poematiza también otras cuestiones universales. Amor, vida y muerte se funden finalmente porque “somos y existimos al amar” pero “todas las pasiones terminan en tragedia, todo lo que es limitado termina muriendo, toda poesía tiene algo de trágico”, en palabras de Novalis.

      En los versos de EPAC nos encontramos la interpretación de un amor idealizado, imposible y soñado; del amor perdido, que se recuerda con dolor, de la espera ardiente y llena de deseo; del amor pecaminoso y redentor a la vez... Es el Amor, en su acepción más extensa e intensa, el que se nos dibuja en los versos de este libro. El amor universal que atraviesa épocas, desde el pasado, en el presente y hacia el futuro. Y se viste esta visión vital con ropajes ya conocidos. Nos envuelve su poesía en ecos de un morir de amor provenzal, de un amor barroco y místico que se encuentra en el germen de la poesía romántica pero, sobre todo, con un amor que hunde sus raíces en el Romanticismo inglés y norteamericano más oscuro y en la literatura gótica (no podemos olvidar la formación académica de la autora). Así nos ofrece Magda Robles en cada página su visión del Amor y de la naturaleza misma del hombre. Suenan con fuerza en su poesía palabras de Poe, de Keats, de Shelley, a ellos se dirige. De ellos toma esta concepción del amor romántico y del poeta como figura maldita. Dice Magda Robles en su poema INCARNATIO, “Somos ángeles/caídos sin derrota./Reflejos oscuros y mortales/de un dios que teme/descubrirse en carne” y nos recuerdan sus palabras a las de Keats: "El poeta es un ser sin identidad, lo es todo y no es nada; no tiene carácter; disfruta la luz y la sombra (...) Un poeta es el ser menos poético que haya, porque no tiene identidad: está continuamente sustituyendo y rellenando algún otro cuerpo (...) El poeta carece de todos, es imposible identificarlo, y es, sin duda, el menos poético de todos los seres creados por Dios (...)”.

      A través de la palabra habla la poeta y conjura al sentimiento amoroso, se erige ante a él como sacerdotisa, se ofrece a recuperar la voz de poetas pasados y de poemas futuros y ofrece su semilla: su voz, “He necesitado/tan solo /trece mil latidos/y un instante /para nombrarte.(...)/Sea esta voz semilla tuya./Perpetua”. (DECLARACIÓN DE INTENCIONES)

      Verso a verso, a lo largo del libro, encontramos el fruto de esta ofrenda. Y la poesía es su forma de redimirse ante él, se impregna de Amor para precipitar necesariamente su concepción romántica de la vida en la escritura, porque para ella amor, vida y muerte se conjuran en una tríada indisoluble para nacer en la palabra “Quizá este hurgar no sea más/que otra forma de nacer de nuevo” (QUIZÁ).

      En esta visión del amor hay además una aceptación de la autodestrucción, de la tragedia, porque en él se deposita la esperanza en un renacer, en la armonía del Uno y el Todo y, por supuesto, el amor carnal se hace explícito en unos versos que tienen su lugar frecuentemente en el tálamo de los amantes “Recuerdo un tiempo/de árboles soñados./De inmolado aliento/entre sábanas hambrientas” (AMOR Y TIEMPO); “Ordena y desordena instantes/que aguardan tirados sobre la cama” (NUEVO DÍA). Es la presentación del sexo como milagro de la renovación, de la resurrección a través del contacto de los cuerpos “De renacer en ti/ y a través de ti/que restañas mi herida” (QUIZÁ).

      El Amor en su más pura virtualidad, en su más amplia totalidad. A él se entrega primero, para ofrecérnoslo, después, en este poemario, porque “alguien debió avisar/de que venimos al mundo/con una bomba/oculta en el pecho” que “disfrazada de ternura” nos provoca placer, dolor, nos condena y nos salva a la vez.

      Con una voz que encuentra su hábitat más natural en el anochecer, en el alba, entre arcanos y misterios que vaticinan deseos frente a la realidad que nos circunda; con una poesía repleta de símbolos y metáforas, donde lo onírico y lo real se funden “Me amaneces en las manos./ Eres el instante de luz/que eriza la piel/ y deja sentir cómo florecen/ jazmines en la carne” (LUZBEL)”; de choques y encuentros de figuras antitéticas y contradicciones imposibles, como contrario es el amor “Y la noche solo ilumina/una luz plagada de sombras.” (LINAR) ; con una disposición gráfica del verso que se adapta al contenido del mismo, con libertad, sin ataduras... la poesía de Magda Robles, insisto, nos conmueve y nos estremece.




      Con su último poemario, En piel del ángel caído, ha sabido recoger el tópico literario del amor romántico y gótico y actualizarlo, con una poética original, que lo acercan más a la realidad del lector de hoy. Ya sólo queda tenerlo entre las manos y disfrutarlo, a ser posible acompañado de buena música. Mientras lo releo suenan de fondo voces que me incitan a disfrutar el silencio Enjoy the silence... Y acompaño su lectura con la música de Depeche Mode, creo que le viene que ni “
                       m
                       u
                       s
                       i
                       c
                       a
                       l
                       i
                       z
                       a
                       d
                       o”... 


Loida Ruiz Rodríguez. Reseña de: "En piel del ángel caído" de Magda Robles León. El Torno Gráfico Ediciones, Granada 2016.

Y ellos... 

Sin nombre...

Nadie vuelve a los jardines olvidados.

Donde el musgo es silencioso
y se apodera lentamente
de las piedras sin memoria.
Donde una soledad antigua
vive prendida en las ramas.

Las viejas palabras
ya no sirven de consuelo.
Ya rindió la rosa sus espinas
y rotas se marchitan
las jaulas en su abandono.

Hay un árbol rojo
y una tumba abierta
a los pies del un ángel.

Al otro lado,
espejismo incierto,
criatura hambrienta,
la ciudad aguarda.








Impresiones

“Debo estar donde soy
enigma de un espejo.”
Francisco Acuyo

Voy encontrando reflejos con tu nombre.

Se recrean
al dibujarte amanecido,
envuelto en sábanas y bruma.
Como un milagro.

Ángel caído, desperezado
en mi palabra soñolienta.

Es como si cada espejo
en su desnudo
te guardase en la memoria.

(En piel del ángel caído)


Wilhelm Galhof Xan Stark for Alta Studios pic

Divertimento

Aún resuenan, misteriosas,
las campanas de aquel viejo campanario.

Hay quien cuenta
que el diablo en su diablura,
campanero,
se deleita en hacerlas sonar
impenitentes
engañando así
a las pobres cigüeñas
desorientadas
que no dejan de volar
sobre el campo, ahora baldío,
que hace tiempo
ocupó la antigua iglesia...



Una historia inacabada

¿Qué hacer cuando se incendian los labios
y se ofrecen, cual fruta madura,
al desencuentro?

No queda más que morder la voz
y rendirla ante el aliento sometido. 
Desnudar el roce, subyugar el trazo.
                                 .
Rasgar la piel, indefinirla.
Abrir el cuerpo a la intemperie,
y verso adentro,  resistir la acometida.

Templar la noche.
Romper la calma.
Vencer el fuego.
Prender el tiempo.


Brindar batalla.


(En piel del ángel caído)

“Peace Offering” — Photographer: Justin Rosenberg

Sin nombre.

Protege la ventana una alambrada.

Al otro lado, en su refugio,
una muñeca rota
juega
a columpiarse.
en una mecedora antigua.

Se balancea despacio.

Su pelo crespo, 
azabache en otras lunas,
luce hoy encanecido por el polvo.
También hay polvo en las cuencas
rotas de su mirada.

A veces se oye un siniestro repiqueteo.

Es la lluvia y su “déjame entrar”
tocando a los cristales,
como si fuese un visitante
incierto y mal venido.

El lunario cuenta los días.

Y mientras, la muñeca espera
a que un soplo de brisa fresca
le traiga un golpe de suerte
y la ciegue al mundo

cerrando, 
de golpe al fin,
la contraventana.



Untitled

“Rose leaves, when the rose is dead, 
Are heaped for the beloved's bed; 
And so thy thoughts, when thou art gone, 
Love itself shall slumber on.” 
― Percy Bysshe Shelley


Y se llevó tu mirada niña
multitud de inviernos.

¿Dónde fueron las aves y su trino?
Ya no encuentran cobijo en tus mañanas.

Ya no
en tu sonrisa sin noche.
Ya no
en tus manos dormidas.
Ya no
en esta falsa morada.

Maldito.
Maldito sueño.

Maldito despertar sin alas.



"In absentia", 
by DimitraPapadimitriou

Amor y tiempo

"Escribir por tu piel
el mejor de los poemas"
TSB acróbata


Escribo en tu piel
con un lenguaje sin formas.

¿Acaso has olvidado
que una vez llegaste a amar
aquel baile de sombras
que surgía de entre mi carne?

Recuerdo un tiempo
de árboles soñados.
De inmolado aliento
entre sábanas hambrientas
cuando el día agonizaba.

Ahora apenas rozo tu nombre,
y de repente tu nombre
ya no es tu nombre.
Es un desgarro que aletea
y atraviesa todos mis muros.

Ángel vencido.
Espina acariciada
que busco ansiosa
y encuentro en mi latido.

Mar que mi mar calma.

Hoy,
amor,
es otro amor el que nos halla.


Nada... (2.0)

“Nada” es una palabra con alma de estanque.

Envuelve suavemente.
Absorbe mientras besa.
Arrastra y hunde cuerpos
de manera irremisible.

Palabra es con profundidad de pozo.

Deja caer
  la
     ba
a

   la
      ba.

Resbala
  gri
     ma
a

  gri
     ma.

Diluye la piel y la transforma
en multitud de gotas,
e infinitud de inciensos.

Nada nace como vocablo nexo
principio y fin en que un todo muere,
laberinto absurdo que comienza en la salida.

Pasadizo roto plagado de espejos
que devuelven reflejos imprecisos
y quién sabe si reales de presente.

Nada es la palabra que nunca se alcanza.
El matiz sin nombre
(d)el silencio muerto.


"My world is upside down"

Isleta central del estanque, en el Cármen de los mártires.

Caerán los nombres


“¿Y las rosas? Pestañas
cerradas: horizonte
final. ¿Acaso nada?
Pero quedan los nombres.”

Jorge Guillén




Pretendes cubrirme de luz,
a mí que habito la penumbra.

Fugaz. Vencido.
Como un relámpago que rasga la tiniebla
para hacer aún mayor la sombra
cuando su trazo muere.

Mañana tú y yo seremos tan solo sueño.
Recuerdo silencioso de esta piel
que se desprende cada día.
Huellas sin pisadas,
camino abierto.
Horas detenidas
en la muerte inadvertida de un reloj.

Entonces caerán los nombres,
y solo quedarán los labios
y su lenguaje nuevo.

Incierto.
Desesperado.

Y escribirán sobre la piel
un nuevo invierno.




Volverás...

Volverás.

Como un recuerdo
envuelto en bruma,
o unas manos fracturadas
que solo dibujan sueños
cuando la noche duerme.

Sin huellas.

Como un pájaro herido
en derrota sin nombre.
Como lanza cautiva
sin piel que rasgar.
Como página al viento
que no encuentra cobijo,

volverás.

Y serás de nuevo
contraluz y estigma
en este lienzo hoy
huérfano de pintura.







Luzbel


Quomodo cecidisti de caelo, lucifer, fili aurorae?
(¡Cómo has caído del cielo, Lucero, hijo de la Aurora!)"
Isaías 14.12-14

¿Qué esconden tus ojos
cuando me nombran?

¿Qué buscan?
¿Qué aciertan?
¿Qué deshacen?

Me amaneces en las manos.
Eres el instante de luz
que eriza la piel
y deja sentir cómo florecen
jazmines en la carne.

Porque eres tú quien desnuda mis mañanas.
Quién ansió beber el agua dormida
y desató el amor y sus tormentas.

Ángel caído,
que rozó mi linde
y prendió sus alas.



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